Ibon Cabo 





Kirola, mundua eta jendea 

Noviembre 27 2017

Oferta en clave de país para no poner el país en oferta

En los últimos días los medios de comunicación se han activado en Euskadi para dar cobertura mediática al acuerdo sobre el concierto y el cupo vasco que han alcanzado PP y PNV. En tiempos en que Catalunya sigue ocupando las grandes portadas del país, parece que los pactos entre diferentes se acercan más a la bilateralidad que a la vía de la desobediencia y que esto, según reputados expertos y tertulianos, es del todo imprescindible para avanzar en la construcción de un estado confederal que acabe con las ansias de independencia de los diversos pueblos que conforman el estado español.

En estas aparece EH Bildu en escena y le tiende la mano al PNV para decirle que no es necesario abrigar al escuálido, famélico y corrupto Partido Popular y que pude incorporarse a una entente más democrática, más cercana a lo nuestro y dejar en el retiro a Borbones y falsos profetas de la españolidad. La oferta es acogida con asombro y desdeño por Andoni Ortuzar, pues en un sobre actuado discurso, muestra su rechazo frontal a la posición de EH Bildu ante el cupo. “No lo vamos a perdonar” dice Ortuzar olvidando que en 2007 el PSOE se abstuvo también. Por los madriles ya se llama a este el “cuponazo” y por los círculos de CONFEBASK el “plan Montoro” para poner contra las cuerdas al president Puigdemont.

Sin embargo el análisis económico financiero que EH Bildu ha hecho de este dista mucho de acercarse a lo que la línea oficial pregona a los cuatro vientos. Por un lado, el marco del Concierto es admitido por la mayoría como una forma de recoger los derechos históricos de los vascos. Este, gracias al pacto UCD y PNV (que luego se trató de trasladar con desigual fortuna por parte de Arzallus a Nafarroa) están recogidos a cal y canto en el sacro santo texto constitucional. Y por otro lado el Cupo, una ley que se aprueba en función del cálculo de lo invertido por el estado en al CAV pero que en realidad, se aprueba en función de la ley de mayorías rigentes en cada momento histórico en la cámara de los “nada comunes” diputados españoles.

Y si todo el mundo dice que Urkullu ha dado un “pelotazo”, ¿Por qué EH Bildu se empeña en decir que no? Retrocedamos un par de filminas y pongámonos en la mesa de las negociaciones que sobre presupuestos han tenido los distintos partidos de la oposición con el PNV. EH Bildu le tiende la mano y le pide que a cambio realice un nuevo pacto fiscal donde el impuesto sobre la riqueza, la progresividad en el IRPF y las ayudas a PYMES y cooperativas sean causa común de las dos formaciones políticas. El pacto parece imposible y el PNV acuerda con el PP una nueva rebaja en el impuesto de sociedades que ya fue en su momento motivo de discrepancia entre EA y el PNV cuando gobernaban juntos en las diputaciones forales. Esto, en palabras del discípulo de Jose Luís Bilbao, incrementará la competitividad en el país igualándola con el resto del estado. ¿Es pues España un país competitivo y modelo a seguir? Esto parece simplemente indiferente ante el cupo y el convenio. Sin embargo es la base sobre la que se fijan los acuerdos entre PNV y PP: impuestos bajos, construcción de infraestructuras compartidas y pacto de no agresión con el tema de Catalunya. De ilusión fiscal también se vive en política.

El cálculo del cupo se realiza a destiempo, en negociaciones políticas que no en mesas económicas y acepta el chantaje de que cuando no haya nada que negociar tendrá que ser el propio gobierno vasco quién adelante el dinero. ¿Aceptaría Kutxabank estos criterios para concedernos un préstamo a cualquier ciudadano vasco? Criterios técnicos descartados, morosidad por impago de intereses y amenazas de grupos de presión de impagos. Sin duda la oferta es generosa, excesivamente generosa. De ahí la abstención de EH Bildu a la segunda parte del pacto entre los viejos ricos españoles y los nuevos ricos vascos. El cálculo del cupo vasco en un problema sistémico de la democracia española y hay que ponerle fin lo antes posible. Euskadi no puede estar siempre en oferta.

Sin embargo, EH Bildu no puede ocultar el anhelo que recorre cada vez con más fuerza el pueblo vasco. La envidia sana hacia la fuerza que ha demostrado el pueblo catalán hace necesario ir articulando, sin prisa pero sin pausa, con el PNV acuerdos de país pueblo a pueblo. En ellos también debe estar Podemos para gobernar ayuntamientos en clave social pero sin olvidar que nuestra aspiración es construir un estado vasco independiente y no seguir viviendo de prestado en el “sarao” de la carrera de San Jerónimo. Desde EH Bildu aspiramos a convencer a aquellos que no son independentistas, que la mejor manera de vivir mejor es hacerlo lo más lejos posible de la guarida de viejos ricos que dominan en la actualidad el congreso de los diputados y el senado español. Primos, hermanos y demás parientes debemos reunificar la familia para tratar de evitar el mercadeo y para asegurar que los derechos históricos son un paso previo al ejercicio de la plena libertad.

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