Ibon Cabo 





Kirola, mundua eta jendea 

Septiembre 18 2019

La conjura de los necios en la plaza de las cortes

En los últimos días, hemos asistido al capítulo final de la serie que por fascículos nos ha hecho llegar con dinero público Pedro Sanchez y el PSOE. Parece que por conocer en exclusiva la poción mágica de la política, el presidente en funciones nos conduce al enésimo proceso electoral. Quizás Pedro, como Obelix, se cayó de pequeño en la marmita política y piensa que si se diera la circunstancia de no necesitar a algunos compañeros de viaje, el bipartidismo se restauraría por sí solo y su hiper liderazgo se trasladaría de facto a la sociedad. Quizás así el PSOE no necesite a Esquerra y a EH Bildu para gobernar. ¡Quién sabe! Lo único cierto es que en noviembre volveremos a tener elecciones a un parlamento que trata la política como si de un cómic se tratara.

En Europa en los últimos años hemos vivido ejemplos diferentes en función del país. En Portugal un pacto de izquierdas ha hecho frente exitosamente al austericidio que Europa pretendía imponer como previamente había hecho en Grecia. En el país heleno, el surgimiento de Siriza ha durado lo que un caramelo a la puerta de un colegio por aceptar como buenas y propias este tipo de políticas. En Francia los partidos tradicionales se han hundido para dar paso un partido de corte neo liberal en lo económico y social demócrata en cuanto a las libertades individuales. En todos ellos, el sistema ha permanecido inalterable en manos de aquellos que utilizando un mando a distancia siguen jugando a la ruleta rusa con personas y pueblos. Una tragedia por país y una duda para Sanchez por cada modelo. Decía Ignatius en “La conjura de los necios” que “Al desmoronarse el sistema medieval, se impusieron los dioses del Caos, la Demencia y el mal Gusto”. Parece que es en este estado en el que flota ágil el superviviente Pedro Sanchez. Cuanto mayor es el caos más provecho saca el líder del PSOE.

Lo que está bastante claro es el hartazgo de la gente. Sin tener claro hacia donde puede girar esta vez la ruleta, parece que las personas de izquierda tienden a desilusionarse más fácilmente. Así pues, parecemos destinados a sufrir una guerra fratricida de Sanchez por desgastara a Podemos y a Ciudadanos a partes iguales y asegurarse así la mayoría absoluta a través de los votos de lo que quede de la derecha ciudadana. Aún así no sabemos si la derecha va a sumar lo suficiente como para que el sueño de Sanchez se convierta en el enésimo fracaso del eterno aspirante. Si la derecha suma Pedro Sanchez pasará al ostracismo en su partido y en la sociedad. Si la izquierda trata de sumar con la derecha alguno de los dos hará resurgir de nuevo a la izquierda fuera del partido socialista.

En nuestra tierra y en Catalunya se puede vivir una situación variopinta. El empoderar para el cambio al PSOE sin pedir nada ha supuesto un punto de incomodo nunca antes conocido para el propio PSOE. Ya ni siquiera el PNV es un buen compañero de viaje fuera de las tierras naciones históricas. Sanchez se ha encontrado en el espejo con su propio discurso en las voces de Esquerra, Bildu y el PNV y ahora juega la partida en dos territorios donde su desgaste va a medir su capacidad de gobernar pero también su disposición a reformar el caduco estado español. En ambos frentes el desgaste abertzale parece mínimo y es Podemos quién este cayendo a favor de estos. Parece pues que las candidaturas abertzales pueden salir reforzadas y Podemos y el PSOE mantener su papel secundario. ¿Qué lectura hará el PSOE de esto si se produce esta situación de nuevo? Probablemente volverán a tender la mano a ciudadanos para perpetuar el problema.

Parece que hoy en día el ser un buen líder de izquierdas está ligado a la no intervención en problemas internos de sus respectivos partidos. Se premia la mediocridad otorgando poderes al complaciente y al silencioso pensando que el hartazgo ciudadano es menor que la fuerza de sus militantes. Así afrontaremos el cuarto proceso electoral sin primarias entre los partidos que se denominan de izquierdas. La democratización de las listas electorales se usa solo de argumento y de sistema cuando el interés radica en dar puerta a algún compañero o compañera y no para incentivar el debate y la cultura política de la participación. Así el eje del mal elige compañeros de viaje cada vez más sectarios. De esos que miran hacia dentro, hacia el fondo de la marmita y que procuran no alterar a los verdaderos jefes de la tribu.

La única solución por tanto es la unidad de los abertzales y partidos de izquierda con una apuesta arriesgada y unas bases firmes: el derecho a decidir como pueblo y la defensa del trabajador y sus derechos como base del reparto justo de la riqueza. Aquí caben todos los partidos de Euskal Herria y Catalunya e incluso muchos de otros lugares del estado, incluido Podemos. ¿Seremos así lo suficientemente audaces para combatir a los poderes facticos? El eje económico neo liberal atronará por volvernos a dejarnos a todos fuera de la jugada nombrándonos desde sus medios como el autentico “eje del mal”. ¿Y si nos revelamos ante lo que parece nuestro inevitable destino? No olvidemos que por mucho que alguien se haya caído en la marmita, estamos a tiempo de evitar que la poción política sea cosa de uno. Estamos a tiempo de revelarnos.

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