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Archivo de la categoria 'resultados electorales'

Noviembre 27 2019

La rotonda vasca III, la tormenta perfecta


Llegados a la antesala de las elecciones en la CAV, todos los partidos se muestran ilusionados por el escenario político del que forman parte. Por un lado PNV y PSE se sienten fuertes y con capacidad de permanecer durante mucho tiempo en lo más alto. Podemos, PP y EH Bildu se han venido arriba también. Todos creen ser parte de la tormenta perfecta. La pregunta entonces es más que obvia, ¿quién puede perder o ganar en un escenario tan real?

El PNV se siente el gran Mohamed Ali en sus mejores años. Elección tras elección gana e incrementa la distancia con sus perseguidores. Llegadas sus elecciones favoritas como han sido históricamente las elecciones al parlamento de la CAV, el ring político parece absolutamente favorable para sus intereses. Sin embargo, hay agentes que escapan a su control en su propio electorado. De entre ellos destaca ELA que a través de una actitud combativa plantea la huelga como único método para la consecución de mejores laborales. Así le afea su actitud al gobierno vasco y define como “presupuesto de derechas” la propuesta realizada recientemente por el gobierno vasco. El PNV y ELA comparten varios espacios de militancia y no parece que el sindicato se lo vaya a poner fácil a Urkullu. Su crítica velada a Podemos por el acuerdo presupuestario menea aún más las cuerdas y puede llevar a desgastes inesperados en el ámbito del nacionalismo conservador. Urkullu tratará de cerrar todos los conflictos sindicales antes de las próximas elecciones pero la pregunta clave es…¿le dará tiempo? El gobierno cree que si y así celebrar las próximas elecciones en plenitud.

EH Bildu piensa cerrar este ciclo electoral desgastando a Podemos por la firma del presupuesto con el gobierno de Lakua y al PNV por el no reconocimiento del derecho a decidir en el proyecto de nuevo estatuto. Así se sitúa en el escenario idílico para mostrarse como única alternativa posible al omnipresente PNV. Además tras observar los resultados del bloque Quebeques en Canada y los de propios de VOX en la CAV, mira con optimismo la próxima cita electoral donde están todas las piezas donde se pretendía al inicio de la partida. EH Bildu se siente fuerte en un escenario donde el nacionalismo español le acusa de insolidario. Primero porque no es real y segundo porque en el fondo solo tratan de ocultar sus políticas más reaccionarias que son las verdaderas causantes de las crisis y no sus consecuencias. El equilibrio territorial o se construye sobre las naciones y sobre la justicia social o no existirá tal equilibrio. Sin embargo EH Bildu sigue sin afrontar dos principales problemas que están a pie de urna. Por un lado, el hecho de no ser visto como un partido para la gestión. El segundo el creciente debate sobre la inseguridad que más allá del discurso integrador, hace falta también desde la izquierda, definirlo en clave de asignación de recursos y de policía de calle. Aquí los partidos conservadores les llevan ventaja. ¿Serán capaces de revertirlo?

Podemos trata de alcanzar los diversos gobiernos para mostrarse como el hermano mayor de las social democracias clásicas y de los partidos demo cristiano. Pone todo su enfoque en la utilidad percibida. Para ello habla de pasar de un modelo de democracia representativa a otro de democracia participativa. Asume pues que todo mandato popular pasa por un proceso de institucionalización. También que el negativismo clásico de la izquierda hacia la cuestión individual se debe reinterpretar en torno a la libertad de elección. Todo ello les lleva a competir directamente con el PSE en el nicho de votantes más importante de convergencia entre ambos. Ya no les quieren marcar con distancia sino de cerca e incluso participar en aquellas cuestiones que les hacían referentes a unos y distantes a otros como los proyectos de presupuestos y los gobiernos. Creen que así podrán traspasar su déficit histórico. ¿Será así o terminaran jugando siempre fuera de casa?

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Noviembre 19 2019

La rotonda vasca II, pequeños grandes partidos, pequeñas grandes incógnitas

Vasco en torno a los resultados electorales de noviembre, la fidelidad de voto es más alta en partidos abertzales que en estatales. Además este estudio nos muestra algunos espacios comunes entre partidos y algunas diferencias en función del ciclo electoral o del tipo de elecciones. Al respecto algunos partidos pequeños que sirven, en su mayoría, para conectar con esos vasos comunicantes tratan de airear su independencia para servir al hermano mayor que alimenta su dependencia. En cualquier caso, ante el nuevo ciclo que se abre tanto a nivel estatal, como en la CAV y también en Nafarroa, su importancia podría ser vital a la hora de configurar mayorías que se mueven en un nicho tan estrecho de votos.

El estudio antes mencionado, habla de un descenso generalizado y pequeño en el interés por las elecciones de noviembre con respecto a las de abril. Por el contrario establece una enorme preocupación en el electorado activo por los resultados emanados de la última cita electoral. Esto último se muestra no solo en la respuesta la pregunta al respecto, sino en los datos de respuesta de los encuestados en torno a la convicción en el voto emitido. Esto lleva directamente al tema de la fidelidad en el voto de cara a lucha por encabezar una respuesta adecuada a esa preocupación y las dinámicas de trasvase de votos.

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Noviembre 18 2019

La rotonda vasca

La rotonda vasca (I)

En los últimos días se ha acentuado la división entre las distintas facciones de la política vasca en torno al análisis de los resultados de las últimas elecciones al congreso y al senado español. Aquellos que no se dan por satisfechos con lo obtenido, han recuperado un tono bronco. Además las pequeñas minorías en las diversas coaliciones, se revelan ante su falta de visualización o ante axiomas políticos que defendían y que se han visto ocultos tras el debate público en torno al resurgimiento en el estado de la extrema derecha. Cada cierto tiempo, la población vasca parece que observa gentilmente como algunos debates se reproducen una y otra vez. La pregunta ante esto está clara: ¿Será alguien capaz de salirse de la rotonda vasca?

En el año en el que nos movemos, los debates en torno a la capacidad que tiene lo local de sobresalir en un mundo global se reproducen constantemente. Suelen ser uno de los argumentos favoritos de aquellos que defienden a través del “postureo” un mundo global con identidades flexibles y cambiantes. No parece muy sensato pensar que lo global y lo local no pueden convivir. Sobre todo si atendemos una máxima de los físicos sobre la energía que dice que esta “ni se crea ni se destruye, se transforma”. Con la identidad parece que ocurre lo mismo. Claro que no es lo mismo pertenecer a un ámbito de minoritario, es decir, de resistencia que ser el patriarca que tiene la última palabra en cada conflicto.

En cualquier caso, la fuerza de esa lucha local tiene en los últimos años algunos matices no muy bien asumidos en el discurso político. Pondré algunos ejemplos para que se me entienda mejor. En las elecciones más recientes, el voto en función de la renta y del lugar donde los independentistas han sido mayoría en el estado determina que, por ejemplo aquí en la CAV, el votante abertzale medio (o al menos donde son mayoría), pertenece a los deciles de renta medios y medios altos. El voto más humilde se dispersa más entre opciones de izquierda más estatalistas. Así pues, la renta marca que una posición económica holgada hace más sencilla la militancia en base a la cuestión nacional y que por lo tanto, cuando la coyuntura aprieta, las soluciones demandadas están más ligadas a cuestiones de reclamo inmediato o subsistencia entre los más vulnerables.

Con todo ello, podemos concluir que la derecha, sea vasca o española, vive cómoda en situaciones de crisis pues sus votantes son tan fieles que apenas varían sus resultados. Da igual que llegue la crisis o simplemente la coyuntura económica cambie. Así la izquierda se vuelca en crecer por el otro costado y demanda constantemente políticas de redistribución de la riqueza para tratar de recuperar votantes de esas capas sociales (RGI, SMI….). Por ello, aquellas cuestiones que nos diferencian como sociedad de otras, cuestiones más generales que tienen un sector público potente y que afectan más a las clases medias, son delegadas en manos de los sindicatos. Así las cuestiones identitarias quedan aparcadas para situaciones más favorables en lo coyuntural una y otra vez. Quizás por no disponer de fuerza suficiente para incidir ni en las prioridades de subsistencia ni en aquellas que afectan más a un determinado tipo de votante de mayor renta. Parece que hay quién aprovecha las coyunturas presupuestarias para negociar para los votantes de otros olvidándose de los suyos propios. Por encima del verde se impone el rojo, el morado y cualquier otro color que no evoque o lleve al choque de trenes con nuestras propias contradicciones individuales.

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Noviembre 06 2017

Tiempo de volver a caminar juntos, tiempo de aprender del pasado

Ante la tesitura de estar en la antesala de un gran acuerdo abertzale en la CAV, conviene recordar los marcos y las fases de reflexión que hemos vivido en las últimas décadas y las distintas fases de acumulación de fuerzas que casi siempre han derivado en fracasos y frustraciones por distintos motivos.

A pesar de esto el Partido Nacionalista Vasco siempre nos ha indicado que el hecho de traer competencias y también de acercar a nuestro territorio cotas de auto gobierno sin parangón, eran sinónimo de bienestar y de estar ante la “mayor cuota de autonomía y de descentralización de Europa”.

Recordar ahora Txiberta, la propuesta de Garaikoetxea, Lizarra-Garazi… no es necesario en este momento. Lo que sí es verdaderamente interesante es recordar dos o tres momentos que a lo largo de la historia han llevado al fracaso de distintas ententes políticas. Todos ellos mantuvieron un nexo atemporal común: cuando se tocaron estructuras de estado terminaron en la caverna de la pre historia política.

Si tienes la capacidad de recaudar impuestos, tienes la posibilidad de decidir como distribuyes el gasto e incluso en un tiempo en el que pinten bastos, puedes oponerte de facto a diversas órdenes impuestas. A muchas, quizás hasta “155” malas ideas que se nos pudieran ocurrir en estos momentos. También el concierto y el cupo, aceptándolos como elementos transitorios hacia la república vasca, dotaban y dotan a la CAV de una autonomía ejecutiva especial con respecto a otros territorios autónomos. Pero todos ellos están bajo el paraguas de una negociación cada cierto tiempo con el gobierno de turno, aunque el concierto este reconocido por la propia constitución española.

La primera frustración sería en torno a las estructuras de estado, fue el malogrado tripartito entre PSE-EA-EE. Cuando se puso sobre la mesa el reclamo de la transferencia de la seguridad social, la respuesta de Madrid fue que no y se agarraron a un falso precepto de lo que desde entonces se denomina “Caja única” para no seguir adelante. Hay que tener en cuenta que en aquel entonces lo único que se reclamaba era la gestión y el control, pues en la CAV ya se recaudaban los impuestos. Además estas debían ir acompañadas de las competencias en materia de empleo que fueron transferidas en la época de Patxi López por Madrid. Así pues, el no fue aprovechado por el PNV para formar un gobierno con el PSE que pervivió durante una docena de años. La transferencia quedó pendiente para tiempos de mayor reparto privado y peor gloria hasta convertirse en parte del jurásico político.

Otro ejemplo significativo fue la creación en 1995 del órgano común vasco navarro que no llegó a formalizarse por la dimisión del presidente navarro (en aquel entonces del PSN). Este órgano iba a poner fin a la falsa ilusión de que Navarra y Euskadi eran realidades distintas (este sueño de la derecha Navarra apenas había nacido en el año 1979 pues durante el resto de la historia, ni siquiera para el constitucionalismo fue así). Sin embargo, tampoco se llevó finalmente a cabo y el órgano que pretendía resolver el nudo gordiano de la territorialidad terminó parado en el baúl de los recuerdos.

El tercer punto en el periplo de las estructuras de estado frustradas fue el mal llamada Plan Ibarretxe. En 2005 un nuevo estatuto que reconocía la bilateralidad y la capacidad de igual a igual de la CAV frente al estado (sustentado en un preámbulo sin validad jurídica) fue tumbado en el congreso de los diputados por el eje unionista PSOE-PP.

En los últimos tiempos esta entente, lejos de darse la espalda, ha vuelto a construir un dique de contención común frente a las aspiraciones catalanas. ¿Sin embargo cual es la diferencia entre la situación en la CAV y en Catalunya?

En Catalunya se ha dado un proceso de rechazos acumulativos. Los intentos continuados de llegar a consensos entre los residentes en la Generalitat y los de la Moncloa, han sido un continuo fracaso. Además Madrid y su ala más reaccionaria, se han ocupado de convertir estos desencuentros en épica patriótica y en caldo de cultivo para la extrema derecha española representada da doblemente, ahora sí, por Ciudadanos y el PP.

En la CAV sin embargo el estado se ha preocupado muy mucho de que estos encuentros no tuvieran una línea continua temporal. Escisiones, ilegalizaciones, apariciones sorpresas de casos de corrupción…. Todo en el último momento para que las cifras dieran la combinación perfecta. En Catalunya sin embargo, el estar bajo la vigilancia de la opinión pública internacional, han tenido dificultades para implementar este tipo de técnicas. La última idea, el generar una cadena generalista teóricamente de izquierdas que avalase ante el electorado más moderado la negociación como único camino, también ha terminado de quitarse la careta. Una negociación eso sí, siempre sesgada hacia el ámbito de decisión estatal y alejada de la bilateralidad o las estructuras de estado.

Así pues, ante este momento de cambio de rumbo que parece inminente, cabe recordar donde debieran estar los valores políticos del acuerdo, pues el tiempo de luchar por la copa del rey (antes del generalísimo), parece ya poco ambicioso para un equipo que mínimo debe luchar por la liga para poder competir con el resto de clubes en Europeos de igual a igual en la Champions de la política.

La creación de nuevas estructuras de estado debe ser la primera fase para después impulsar el reparto de la propiedad y de la riqueza a través de una fiscalidad progresiva y de unos presupuestos participativos más parecidos a Porto Alegre que a los últimos acuerdos entre fuerzas políticas vascas y estatales. Estamos ante una ventana que se abre pero no olvidemos cual es el objetivo final en todo esto. Sin estructuras de estado, las transferencias son ratones atrapadas en la jaula del tiempo y se nos impide avanzar de facto en el eje de la justicia social. Así pues, trabajemos juntos con perspectiva para no generar nuevas frustraciones.

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Septiembre 26 2017

Los 100.000 hijos de San Luís atraviesan Foronda

Los conocidos como los “100.000 hijos de San Luís” combatieron en 1823 al servicio de Fernando VII y Francia para restaurar el absolutismo y acabar con la disputa por el trono español y a su vez acabar con el liberalismo. Escribía Benito Pérez Galdos en los episodios nacionales “en los pueblos del norte, la intervención vencía sin batallas, ya antes de que se asomara el morríón del primer francés de la vanguardia, la Constitución estaba humillada” Posteriormente a la restauración en el trono de Fernando VII los consagrados hijos, hicieron guardia absolutista en labores policiales hasta el año 1828, hasta que entendieron que la paz estaba asegurada., aunque los problemas de “seguridad”, continuaron presentes durante toda la primera mitad del siglo. ¿Quizás por esto surgió casi entonces la Guardia Civil?

Parece pues que la tendencia hacia el absolutismo, vivía arraigada en el pueblo vasco, que contemplaba con estupor como la llama de las matxinadas, que luchaban sin desmayo contra la perdida de derechos, se iban apagando. Sin embargo en Pamplona y Donostia la resistencia fue notable y propia de un pueblo que reclama para sí el derecho a pertenecer a la corona que le plazca o a ser libre por sí mismo.

Así pues la pasividad y relajación ante la invasión Francesa no fue tal. En cualquier caso lo que narran las novelas es que el paso por Vitoria Gasteiz fue tranquilo. En el fondo, los 100.000 hijos de San Luís lo que trataban es de mediar entre los nobles absolutistas y los liberales burgueses. No buscaban solución democrática, impropia de un ejército digno del rey sol, sino acuerdos nobiliarios escritos en pagares y en transacciones económicas. Los derechos, que para sí reclamaban los liberales, no entendían de pobres, de escuelas o de hospitales, sino de compartir el poder y la riqueza.

Con el tiempo hubo una cuerdo de confraternización y con federalización entre burgueses y nobles de cuna, llegando a olvidarse de sus riñas. Este trato se selló con fuego en los diversos alzamientos, pronunciamientos y guerras que hubo en los siglos posteriores por todo el viejo reino de España y también en lo que se definió como el bipartidismo.

Los 100.000 hijos de San Luís ya no están con nosotros-as, pero las campas de Vitoria por las que pasaron siguen rebosantes de pasividad. La llama encendida del cambio que guía en la actualidad la ciudad de Pamplona o la siempre revoltosa Bella Easo, tan activa ante el derecho a decidir, llevaron también con tranquilidad y orgullo el cambio al ayuntamiento de la capital alavesa, pero dejaron la pasividad y el “despasito” en las campas de Foronda.

Catalunya vive una situación histórica, pero no vive un apoyo institucional vasco que podría ser clave para la internacionalización de su propio conflicto. Siendo claros, la función de mediación decae desde el momento en que se descubre que el objetivo no es otro que constituir dos estados nuevos, el vasco y el catalán, ya que, no hay mediación posible cuando el conflicto no tiene término medio posible.

Así pues los allí presentes y tras escuchar al manda más, quedan convertidos en los nuevos cien mil hijos de San Luis, obviando que la única mediación posible es el reconocimiento de los derechos de las personas y los pueblos, legítimamente establecidos en sus leyes si estas parten de una verdadera voluntad democrática y no de ocultas aspiraciones absolutistas.

La solución catalana pasa por votar todos aquellos modelos de convivencia que se perciban como tales en Catalunya y el que más votos saque será el que legítimamente pase a gobernar a sus ciudadanos. Todo lo demás es será parte de una nueva novela de naturaleza poética y a estas alturas hace falta más prosa y realidad., que sueños y nuevos ejércitos mediadores.

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Octubre 03 2016

El debate contra la precarización laboral en EH Bildu y a campaña electoral

Finalmente la asignación del escaño 18 dejó a EH Bildu con un buen resultado electoral teniendo en cuenta las circunstancias contrarias en las que concurría. Con la maquinaria del estado haciendo causa común con Podemos, con los medios de comunicación haciendo la ola al modelo integrador y trasversal del PNV y con la división interna de los partidos que conforman EH Bildu, además de con los últimos resultados obtenidos en las elecciones estatales, todo hacia entrever que EH Bildu se acercaba a la debacle definitiva y con ella todo el momento soberanista y de transformación social. Nada más lejos de la realidad.

EH Bildu con un discurso nítidamente claro a favor del empleo de calidad y en contra de la precariedad laboral, ha obtenido un resultado bueno para sus aspiraciones pero insuficiente para lograr la emancipación de este pueblo.

Como ejemplos, el discurso de Miren Larrion en el debate frente a Iñigo Urkullu (https://www.youtube.com/watch?v=PNZH5NdBhG8 alusión al modelo social y a los desahucios), el de esta misma persona en el Forum Europa en torno a los impuestos y la necesidad de tener servicios públicos de calidad (https://www.youtube.com/watch?v=GpHZrqah2Mk), Arnaldo Otegi en su alusión a la necesidad de tener un estado digno para las personas (https://www.youtube.com/watch?v=cAUySKu5sVc) o Maddalen Iriarte (https://www.youtube.com/watch?v=2O3Pc4Pc9pw) en el meeting de Miribilla recalcando esto mismo o anteriormente los y las parlamentarias del Grupo político de EH Bildu en el parlamento como por ejemplo leire Pinedo (https://www.youtube.com/watch?v=nQgzrZqbdAM ).

Así pues, ha sido el discurso social contra la precarización del sistema público y de las condiciones laborales lo que ha puesto por delante a EH Bildu, así como la propuesta para realizar un gobierno de cambio amplio en torno al derecho a decidir. Estamos pues, ante un momento de ilusión ante la fortaleza mostrada contra el mayor de los enemigos: nosotros mismos. Para avanzar, habrá que seguir haciendo auto critica pero sin olvidarnos que la pluralidad y la reivindicación de los derechos sociales de la clase trabajadora deben seguir siendo el eje de nuestro discurso.

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Septiembre 07 2016

Lo que la izquierda española se juega aceptando la inhabilitación de Otegi

La historia política del estado español está llena de épocas donde ejercer libremente la política no fue tarea fácil. Desde mediados del S.XIX, grupos sociales trabajaron en post de la democratización interna, del sufragio universal tanto masculino como femenino, completada en por primera en 1931 con la llegada de la segunda república y retomada tras el genocidio franquista en 1977.

Esta última fase que continua en la actualidad, dejó abiertas heridas importantes en el estricto sentido democrático de la participación social, como han sido, la toma de decisiones, la separación de poderes y el reparto de la riqueza a lo largo y ancho del estado español. Por ello, hoy en día es tan público y notorio como evidente, que los movimientos surgidos en el seno del 15M, lo que reclaman sin tapujos es una soberanía plena en la toma de decisiones por parte de los diversos pueblos que forman parte de este “nuestro” estado. Abordar la recuperación del poder de decisión por parte de las clases bajas y medias es, sin duda, el quid sobre el que gira el actual debate político, independientemente del escaso retroceso que padece el mayor enemigo de la libertad y la igualdad que es el PP y su marca blanca Ciudadanos.

Y si sobre soberanía popular hablamos, el instrumento clave para el control de las decisiones ejecutivas lo ostentan los distintos parlamentos en las distintas estratificaciones s políticas existentes. Y aún más necesario que estos, es un poder judicial que controle que los ciudadanos/as somos regidos por leyes justas y aplicadas en igualdad de condiciones.

El tribunal Constitucional ha rizado el rizo con su “sentencia” (pues ni siquiera es esto en cuanto a la forma de expresión). Ha decidido simplemente “no admitir a analizar el recurso”, pues si lo hiciera y atendiendo a razones jurídicas, tendría que haber definido y hubiera creado jurisprudencia al respecto de la aplicación de condenas accesorias a la principal. Por ello, burlándose de su propia doctrina y del sistema en general, no la admite a trámite dotándose de un claro posicionamiento político y hurtando el debate político a los ciudadanos/as vascos.

El valor de los pronunciamientos del tribunal constitucional en clave política

Aún más importante de lo que se juegan los/as vascos/as, es lo que se juega el estado español. Admitir que un tribunal constitucional puede hurtar el debate jurídico acogiéndose al hecho de que no hubo reclamación por parte de Otegi ante la sentencia impuesta, es admitir que el tribunal constitucional tiene plena soberanía para limitar la participación ciudadana en política y que puede con sus decisiones, obviar su propia doctrina para coartar la democracia en función de la ideología política del “reo” en cuestión. El estado español no se juega si Otegi es o no candidato, se juega el poner a una serie de magistrados con sus decisiones por encima de la propia ley y de su constitución. Cuidado con acoger con júbilo esta sentencia, pues después vendrán otras como admitir con naturalidad la ley mordaza o cerrar medios de comunicación no afines como se realiza en algunos países latinoamericanos a los que tanto se critica en las tertulias públicas.

Admitir que debe ser el pueblo vasco quién diga si Otegi es válido para ser Lehendakari o no y que un tribunal que se supone debe sostener los derechos constitucionales de todos sus ciudadanos/as, siempre debe pronunciarse en cuanto a la defensa de los derechos fundamentales, es parte inherente a un sistema auténticamente democrático y participativo. Con todo esto está mucho más en juego de lo que el común de los mortales se imagina. Esperemos que los árboles no les impidan ver el bosque.

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Junio 27 2016

Del Brexit al frustrado PPexit

Estas últimas semanas están siendo muy interesantes no solo desde el punto de vista político sino también desde el punto de vista sociológico. Cada cual sacará sus propias conclusiones, pero las mías al respecto contienen los siguientes elementos claves:

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Junio 15 2015

En Euskal Herria hace tiempo que creemos en las “Adas”

Existe una máxima, acuñada durante el despotismo ilustrado, en el que los súbditos de los reinos recibían beneficios pero sin tener ninguna capacidad de participar en política. Esta máxima era todo por el pueblo pero sin el pueblo. Así durante algunos siglos las personas eran depositarias de algunas “ventajas” sociales, siempre y cuando estos no chocaran con los intereses de aquellos que manejaban el poder.

Después vinieron las revoluciones populares, las guerras sociales y el miedo a que los diferentes pueblos cayeran al otro lado del telón de acero. Así vino el estado del bienestar como copia imperfecta de los modelos ya imperantes en los países nórdicos, e incluso durante décadas, en algunos anglosajones, antiguos dominios británicos.

Y de repente se fue el caimán. Y entre ruido de sables llegó un reducido estado del bienestar que entre Felipe y Aznar se encargaron de arruinar. Y en el estado español se perdió la esperanza, pues el poderoso caballero D. Dinero se hizo con el suelo, el transporte, los recursos naturales, la banca pública, los medios de comunicación y el discurso de la historia, por lo que la victoria, como diaria Morfeo, parecía inevitable.

Sin embargo en una aldea de irreductibles galos, con idioma ancestral, surgió el penúltimo grupo de insurgentes. Y empezó a acumular representantes en una democracia donde la posesión del escaño parece estar primada por tesoreros carcelarios. Y no entró en el reparto. Y no cerró la persiana de los sueños. Pero se confió, pues pensó tener el monopolio de la razón y en esto como cantábamos de pequeños, “el patio de mi casa es particular, cuando llueve se moja como los demás”.

Y el estado español comenzó otra vez a despertar. Desde Barcelona a Madrid, desde Cádiz a A coruña, el modelo vasco de coalición entre diferentes parecía exportable. Los nuevos del lema traído de Cuatro TV parecían únicos en el ya oligopolio de la razón. Pero el poder nunca desfallece. Aprendió de sus errores e inventó una nueva clase dirigente ciudadana, con la idea de competir con los nuevos maestros de la ilusión. Y los viejos roqueros, que nunca mueren, quisieron volver para hacer de lo nuevo lo antiguo. Y Euskal Herria volvió a ser una isla.

Y entre todos ellos volvió a resurgir el oso vasco. Ese Oso que siempre está allí para cuidar a sus amigos del bosque siempre y cuando al final sea él mismo quién caza y por supuesto, siempre que nunca sea cazado. Lleve o no txapela, tenga o no “lugares de reunión” el os vasco lleva desde el pleistoceno ganando y difícil será sacarlo de su caverna si el rio no está lleno de salmones, pues grasa protectora tiene para dar y tomar en su eterna hibernación.

Y entre tanto abrazo, cántico, relevo y amor forzoso, un grupo de ciudadanos sigue tocando la puerta. Ansiosos de ejercer su derecho a decidir, su derecho a expresarse como pueblo, su derecho a seguir soñando. Ya no sabemos si el oso nos dejará seguir caminando por el bosque en busca de nuestro sueño, pero si sabemos, que como en cada rincón la gente vuelve a soñar, lo más probable es que terminemos convencidos de que los nuevos sueños siguen estando muy alejados de los viejos sueños, por lo menos de los viejos sueños vascos. Y aunque parezca mentira, el día 21 veremos que como dijo Galileo “y sin embargo se mueve” y el pueblo vasco volverá a cantar y a bailar. Y volveremos a creer en las “adas” pero siempre que estás tengan denominación de origen y disfruten de su asiento en el fastuoso San Mames.

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Mayo 12 2015

Lecciones de Escocia para un país aún en construcción

En los últimos tiempos, los debates políticos en torno a Escocia giran alrededor de los distintos procesos electorales acaecidos. Estamos continuamente hablando de derechos políticos que el pueblo escocés ostenta con naturalidad como la celebración de referendumns, la participación de sus selecciones deportivas en competiciones nacionales, la capacidad de emisión de moneda o el respecto estricto a los símbolos escoceses por parte del Reino Unido.

Sin embargo, toda esta simbología, ya estaba en manos de los escoceses, mucho antes de que llegara lo que nuestro querido Maluenda definiría como una ola de radicalismo inusitado. La pregunta es porque entonces, si la simbología política ya estaba delegada, se produce este brutal cambio sociológico.

Llegados a este punto, nos toca observar como el SNP ha variado sustancialmente su discurso y mientras en los años 80 se identificaba plenamente con el liberalismo, en la última década su paso hacia el modelo nórdico ha sido más que evidente y así se refleja en el libro blanco de la independencia, donde hay menciones explícitas al estado del bienestar, la defensa del sistema de salud público y la educación pública. Ya no estamos ante un partido que defiende solamente la identidad escocesa, sino un partido que es visto por sus votantes como la única alternativa viable para defender el estado del bienestar, así como la única opción posible para hacer frente al liberalismo Tory imperante.

Así que extraigamos con cuidado las conclusiones, pues la gente no entiende identidad ya sin defensa de lo social y si no estamos atentos nos adelantaran por la izquierda, aquellos cuyo discurso político practico no ha tenido todavía que confrontarse al identitario. No es lo mismo construir un Monaco en torno a Euskal Herria que una Dinamarca. Veremos cual es el siguiente parlamento escoces. Y es ahí donde tenemos que centrar nuestros esfuerzos para convencer a todas las personas que viven en nuestro país, un esfuerzo para cambiar el sistema, un esfuerzo para cambiarlo todo.

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