Ibon Cabo 





Kirola, mundua eta jendea 

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Octubre 21 2019

Los estatutos bíblicos

Desde que Moises según la biblia recibió del Dios hebreo el decálogo sobre el que se iba a cimentar el pacto de obediencia entre los seres humanos y los divinos, los distintos pueblos, grupos y estados han tenido la intención de convertir normas en pasajes caídos del cielo. Se aplica a todos los seres humanos y a todos los grupos independientemente del objeto en torno al cual se agrupan.

La política que debería centrar su análisis en los procesos, lo hace indisimuladamente en los grupos. Cada grupo político e incluso cada sub grupo dentro de cada partido, tratan de auto proclamar que sus valores son los importantes y que todo lo demás es producto del interés. Así cuando alcanzan el poder tratan de sellar pactos escritos inquebrantables. Esos que les aportan a los suyos estabilidad. Tratan también de dotar de super poderes políticos a aquellas personas que han sido redactoras o impulsoras de estas ideas, de estos pactos. En algunas ocasiones estos toman el nombre de estatutos cuando se refieren a la organización pública o privada de algunos grupos con intereses en mantener determinados procesos en movimiento. En numerosas ocasiones, se trata de avanzar para no salir de la rotonda y volver siempre a la casilla original.

La sacro santa constitución española de 1978 es algo más que unas tablas de la ley o que un decálogo. Es simplemente el fundamento sobre el cual se fundamenta la indisoluble unidad de la concordia española. Una ley de punto y aparte que devolvió a todos los ciudadanos la condición de santos a través de la consiguiente llave del ascensor que subió en un día del infierno hasta el cielo. Otros lo consideran un punto y seguido. Da igual. Lo importante aquí es el carácter divino del texto. Desde que Jarcha cantaba “libertad sin ira” hasta que llegó “el coletas” casi nadie fuera de Euskal Herria o Catalunya había puesto en cuestión públicamente el texto. Una nueva página surgida del Sinaí sin que fuéramos conscientes en aquel momento.

El día 25 de octubre es el aniversario del todavía incompleto estatuto de Gernika. Un texto que dice cosas muy interesantes como que Navarra si lo quisiera tendría derecho a formar parte de una misma estructura administrativa. Si la unidad lingüística en torno al Euskera y su vertebración están lejos en Navarra, imagínense su incorporación a la CAV. También que cada territorio se puede administrar como quiera estableciéndose un inquietante camino a las duplicidades administrativas y a los reinos de taifas. Pero eso sí, es nuestro estatuto y al ser jurado al pie de un árbol su divinidad es casi del todo automática. Si en vez de ser un roble hubiera sido un manzano ya hubiera sido el sumun.

El domingo día 20 de octubre se ha puesto en marcha la reforma estatutaria del Athletic. Ya hubo un intento realizado por la junta de Fernando García Macua. Quedó en tierra quemada a pesar de que fueron algunos de los enmendantes quienes luego pasaron a ocupar la dirección del club. No fue posible cambiar las tablas de la ley rojiblanca en aquel momento. ¿Lo será ahora o simplemente volverá a quedarse todo en agua de borrajas? En cualquier cosa y tratándose de San Mames la conexión entre el cielo y estos estatutos es casi casi una reiteración.

Así, con la ayuda de Moises, Adolfo Suarez, Carlos Garaikoetxea, Fernando García Macua y otros muchos llegamos al verdadero cruce de caminos: ¿Cuál es el objetivo de una reforma estatutaria? Cuando llega el momento de cambiar una norma tan importante es porque la existente no se adapta a los tiempos actuales. Hay dos formas de proceder al respecto, tocando el texto lo mínimo o adaptándolo de verdad a las nuevas necesidades. Con prudencia o con ambición. Debemos incluir la igualdad como un valor auténtico y trasversal a todo o debemos quedarnos en una simple mención. Debemos optar por la profundización en la democratización del grupo al que se refiere el texto, es decir, avanzar en que los procesos sean por ejemplo más participativos o debemos seguir otorgando al funcionariado y al estatus quo existente un poder absoluto. Debemos facilitar el acceso a los grupos minoritarios o debemos dificultárselo.

En estas dos formas de entender las reformas está el quid de la cuestión. Debemos trabajar para que las normas abandonen los cielos y se adapten a las necesidades terrenales. Para ello hay que obrar con ambición y sin miedo al rechazo o al susto mediático. Los decálogos se quedan corto para un mundo que se actualiza al segundo en cada herramienta o en cada aplicación. Toca llamar a las puertas del cielo para pedirles que bajen a tierra. Toca deja de venerar y trabajar con ambición para la reforma de todos estos textos. Si no estaremos ante un simple lavado de cara sin fondo político verdadero. Estaremos de nuevos sentados a la espera de que vuelvan de fuera a salvarnos. No perdamos la ocasión.

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Mayo 16 2019

Un ciudadano cualquiera, no un idiota más

Cuando en política se emplea el término ciudadanía se entiende como algo que si bien va ligado a la persona, lo hace también por ser miembro de algún tipo de comunidad organizada. Cuando se reivindica el uso del espacio público, el derecho a la vivienda o la creación de espacios de convivencia en los barrios, se hace desde la óptica de asumir que queremos organizar y vivir en un espacio común.

Cualquier espacio organizado requiere por tanto un modelo de convivencia en el que los derechos y deberes están reglados por unas instituciones que nos vienen dadas y a las que dotamos de cierta legitimidad para ello. A veces, sin embargo, son las propias institucionales quienes sub contratan el concepto de ciudadanía a entidades privadas que, con ánimo de lucro o no, tratan de compensar la falta de fé de las instituciones en este concepto tan universal. Al respecto un ejemplo es la situación de las personas sin hogar, los grupos de personas sin papeles o la falta de seguridad de las mujeres en los puntos negros de la ciudad. Todos estos grupos se ven obligados a auto organizar su defensa y a trabajar desde lo privado funciones que deberían estar trabajadas explícitamente por las instituciones.

En las grandes ciudades viven escondidos bajo el parapeto de puentes, sucursales bancarias y soportales, personas que llegaron nadando, en patera, en los ejes de un camión o incluso estafados por mafias lugareñas en torno a la explotación sexual, personas de distintas nacionalidades que no tienen acceso a la ciudadanía. Pedro Guerra reclamaba en su canción Contaminame un intercambio cultural entre personas, casi una fusión entre diferentes. Estando de acuerdo con la belleza de este concepto, creo que en el S.XXI merecemos avanzar un poco más y saber entender que la ciudadanía es un derecho universal que se ampara en los derechos humanos. No debe ser algo circunstancial o condenado a entendedores con el poder dominante en cada momento.

Si los mecanismos bajo los cuales la participación no son de fácil acceso para todas las personas que conviven en una gran ciudad, los derechos ciudadanos serán de difícil implantación para estas personas y por lo tanto la democracia carecerá de valor suficiente para ser plena. A partir de este concepto en el que la ciudadanía es excluyente, no estaremos en el ámbito de los derechos humanos sino en el del uso del poder desde una perspectiva excluyente. Pasaremos pues a ser extranjeros en nuestra propia ciudad. Seremos rehenes de nuestras propias normas y presos de nuestros pequeños sueños, ya que, para no ser nosotros también excluidos, aceptaremos como legítimo el status quo de estas personas que quedan al margen de la construcción ciudadana.

A partir de ahí para limpiar nuestras conciencias, utilizaremos los discursos clásicos televisivos. Diremos que no es nuestra responsabilidad. La tensión social será en torno a ellos o nosotros y nuestra libertad, que creeremos amenazada por las invasiones a salto de valla, se convertirá en un discurso y no en una realidad. Seremos un idiota más manejado por los que se reparten el mundo. Algo así nos contaba Green Day en su American Idiot.

Al respecto, yo soy de Santutxu. Un barrio obrero que nació para dar cobijo a los inmigrantes que vinieron a trabajar en décadas pasadas. El Santo pequeño que guiaba los coches fúnebres desde Basarrate se llenaría de trabajo si viera como según la época o la piel tu derecho a la ciudadanía se coinvertiría en una quimera. En mi barrio nunca fuimos idiotas. Nos juntábamos para jugar a “bancos” gente proveniente de Asua, Extremadura, Galicia, Burgos, Galdakao, Guinea Ecuatorial, el valle de Arratia y un largo número de lugares entre los que no hacíamos distingo. El único problema entre nosotros y nosotras era saber quién marcaba gol antes por debajo del banco. Después vino la tele con todos sus canales y los bancos quedaron vacios. Quizás entonces nos convertimos en un idiota más. ¡No! En los barrios sigue habiendo vida inteligente y en las próximas semanas así lo demostraremos. La ciudadanía no es un concepto azul o naranja es el reflejo de una sociedad que crece para defenderse y luchar.

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Noviembre 05 2018

El legado de Josu Urrutia


El Athletic siempre ha tenido una disputa entre el modelo latinoamericano de fútbol y el inglés. Cuando Panizo jugaba en el Athletic y era criticado llegó Estudiantes de la Plata a San Mamés y tras verles jugar, el público concluyó que todos juagaban como Panizo. Cuando Javier Clemente trajo para San Mamés el más puro estilo de los reds, el personal volvió a creer que el alirón inglés traería la gloria eterna a nuestra vitrinas.

Esta misma lucha entre los románticos y lo práctico se aplicaba en las últimas décadas hasta la llegada de Josu Urrutia a la presidencia del Athletic donde la confirmación de la filosofía y la buena gestión se han combinado en distintos ámbitos con cierto regocijo y unidad colectiva. Josu Urrutia es célebre por decir que quizás él le tendría que hacer un homenaje al Athletic y no al revés. Detrás de esto no hay falsa humildad, ni ganas de borrarse ante decisiones incómodas, sino una realidad en torno a una interpretación muy concreta de nuestra exclusiva filosofía.

Decía Jose Luis Borges que habría que inventar un juego en el que nadie ganara. El Athletic Club necesita en ocasiones de esta filosofía. Especialmente cuando las generaciones por edad o por calidad se resienten y comienza la llamarada mediática en torno al clásico “todo está mal y toca cambiar”. Decía también otro genio del balón, D. Alfredo Di Stéfano que “ningún jugador es tan bueno como todos juntos”. Eso es exactamente lo que le ocurre al Athletic que necesita de unidad deportiva, institucional y social para poder competir en el mercantilista mundo del fútbol moderno.

Efectivamente el Athletic en los últimos años ha estado cercano a la unidad interna. Si las cosas no han ido ni mejor ni peros, sin dejar de poner en valor la excelente trayectoria deportiva de estos años, ha sido porque en cada área ha estado llevada por aquellos que conocen y porque aquellos-as que sienten el club como una extensión de su propio ser. Bielsa decía que “el fútbol se hace menos dramático cuando lo ejecutan los que saben”. De loco no tenía un pelo cuando hablaba en estos términos y es estrictamente lo que necesita nuestro club. Huir de la excentricidad para poder dar calma y reposo a una filosofía única.

Así pues el espíritu del gentleman inglés debe combinarse con el trabajo del tiqui taca de los que saben para mantener la paz social, tan necesaria como imprescindible para poder competir. No restemos valor a lo realizado pues puede que sin darnos cuenta entremos en una espiral nerviosa que nos condene a todos a perder la calma y a olvidarnos de lo bueno aportado hasta ahora. Reflexionemos y sigamos combinando el sosiego con el ardor pero sin olvidar que el fuego es mal consejero para un club que vive más cómodo como lo ha hecho estos últimos años.

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Junio 22 2018

Un, dos, tres, porciento


Hay algunos números que permanecen imborrables en la memoria de la gente. En el tema político, en ocasiones, estos crecen en importancia con la concesión de valores cardinales o porcentuales que se suelen utilizar para explicar todos los males y elaborar soluciones o recetas “científicas”. Algunos ejemplos pueden ser clarificadores al respecto.

El 3% es una cifra recurrente, que algunos agentes políticos y sociales reclaman en diversos frentes. El ex president Maragall lo utilizó para acusar de corrupción en Catalunya a CIU sin mucho éxito judicial ni político entonces. Ahora sin embargo, todo el mundo lo recuerdo como el primero que señaló con el dedo un problema acuciante en el estado: la corrupción política. Los medios de comunicación españoles se hicieron eco de la noticia, sin embargo la derecha mediática no fue muy beligerante o al menos no tanto como lo es ahora. Quizás porque decidieron concederle un 3% de espacio. Quizás porque antes el 3% de sus anunciantes eran catalanes. Quién sabe.

UGT y CCOO solicitaron subir un 3% el sueldo a los-as trabajadores españoles. Supongo que incluirían en su demanda a las trabajadoras también. Tampoco aclararon si se referían a subirlo al 3% de los directivos españoles de empresas del IBEX 35 que son mujeres y dejar al resto como estaba. En cualquier caso, son sindicatos que pocas veces, no sé si el 3%, tienen su base de decisión en la calle y sí, muchas otras veces en los despachos de los ministerios que llenan sus arcas de subvenciones para formación. Cualquiera sabe.

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Mayo 22 2018

Windsord vs Borbon, “mundua ez da inoiz nahikoa”

Futboleko azken errege kopako finaletan, partiduaren hasieran palkoari txistu egin zioten zaleek. Oihartzun handiko ikuskizunetan ikusita, akaso arazoa ez da izan politikari buruzkoa, baizik eta futbolaren antolakuntzari buruzkoa. Gainera, monarkiaren papera aztertzek dago goi mailako kirol arloan, Errugbiko azken finalaren isiltasuna ikusita.

Bi mila eta bederatzian, Athleticek jokatu zuen Valentzian, Errege kopa finalean txistu egiteko “kultura” jaio zen. Finala, Bartzelonan eta Athleticen artean jokatu zuten eta erregearen papera zalantzan jarri zuten zaleek txistu egin ziotelako. Katalunian, errepublikaren aldeko mugimendua sendo zebilen eta Euskal Herritik bekaizkeriaz begiratu zion Kataluniari. Aldi berean, Borbonen papera bitartekotzaren alde ez zenez izan, publikoak bere haserrea adierazi zuen.

Hala eta guztiz ere, politikak ez zuen eduki Valentzian ekitaldiko paperik garrantzitsuena. Gainera, futbol merkatuak, oro har, erlazio zuzena dauka politikariekin. Baita enpresa eraikitzaileek ere lotura nabarmena daukate futbolarekin. Horregatik, askotan, palkoan egiten dituzten negozioek garrantzi itzela dauzkate. Goi-mailako kirol guztien gertatzen den bezala, sistema kapitalistan sartuta baikaude.

Haatik, Errugbiak eta Futbolak jatorri berdina daukaten arren, zatiketa originalak ekarri zion kudeaketari ikuspuntu ezberdinak eta estatu barik dauden herri asko parte hartu dezakete. Futbolean, ordea, erabat zehatuta dago oztopo handiak sartuta daudelako ofizialtasunaren aldeko ibilbidean.

Horregatik, kudeatzeko kultura ezberdina delako, erregearen eta erreginaren papera guztiz diferentea izaten da. Futbolean, ikuskizunak parafernalia guztia indarrean jartzeko eta erregearen papera aldarrikatzeko baliatzen dituzte. Horretarako erabiltzen dute eserkia. Anglosaxoi munduan, aldiz, erreginaren paperak ez dauka hainbesteko garrantzirik. Gainera, Europan zehar monarkiaren edo estatuburuaren papera bigarren klasekoa izaten da. Esate baterako, estatu espainola da estatu bakarra non futboleko kopa “Erregeko kopa” deitzen den. Francoren garaia nork deitzen zuen “Caudilloren kopa”?

Horregatik diot, beharrezkoa dela kudeaketaren eremua aldatzea. Benetan izugarrizko garrantzia edukiko luke kopa hori laika eta errepublikena bihurtu eta ez kritikatzea publikori hainbeste indarrarekin. Hori dela eta, kirola merkatu pribatu bihurtu egin da eta estatuaren boterearen ordezkariak bigarren planoan egon litezke betirako kirolari mina egin ez dakion.

Gainera, iritzi guztiek eduki behar dute bere lekuan gizartean, bereziki esparru publikoan eta kasu honetan, kirol ikuskizunetan, adierazpen-askatasuna sakratua aldeko aldarrikapenak bere lekua eduki behar du kirol arloan. Hobe izango litzateke Windsord senidearen paperari buruz pentsatzea txistuen mina kritikatzea baino. Baina horrekin amaituko luke Windsorden eta Borbonen papera? Ez dut uste, mundua ez delako nahikoa haientzat. Esate baterako, Windsord etxe beti dago sartuta Kriket partiduetan. Izan ere, akaso aldarri dezakegu kirol arlotik at egon behar direla politikariak. Aldi berean, Euskal Errepublikan ez genuke edukiko zalantza hori. “mmmm….” Gehiago ez dut pentsatu behar.

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Abril 12 2018

El Athletic, motor social, deseo de muchos otros

“Gracias al fútbol un país pequeño puede ser grande”.-Roger Milla.

El Athletic es un club único por su filosofía que, como decía Napoleón Bonaparte en alusión al liderazgo (“un líder es un repartidor de esperanza”), es una institución que lidera la reivindicación de lo diferente, ante el imperio y la monotonía cultural que acompaña al sistema económico actual. Los-as jugadores-as de fútbol formados-as o nacidos-as en las siete provincias vascas, tienen un lugar especial al que llegar para poder ser parte de una delegación cultural sin parangón.

Gracias a su política deportiva, un país pequeño, lleno de embajadores en lo deportivo, tiene la posibilidad de dar a conocer nuestro idioma, nuestra tierra y nuestra particular idiosincrasia por los cinco continentes a través del deporte más poderoso del mundo. Para poner el foco en esta dirección, lo importante, sin duda, es alcanzar un consenso social y una capacidad de unión que supere las habituales divisiones. Un club que se oponga sin miedo, desde la particularidad, al sistema económico y cultural que impera en el fútbol. Decía un poeta estadounidense, que en este mundo se puede ser martillo o yunque, el Athletic pudiera parecer que eligió ser lo segundo, pero cuando esta unido, sin duda se convierte en un depredador de conciencias que pone en valor la cantera como sistema y la cultura como prioridad.

Siendo el Athletic, el motor de un pueblo, no siempre ha podido todo el mundo ser parte de la dirección. Fue Beti Duñabeitia (1977-1982) quién, en esos años en los que alcanzar el sistema representativo parecía el fin y no el medio, quién impulsó la participación social a través de la filosofía “un voto, un socio”. Es a partir de ese momento cuando el Athletic, siendo un club privado, se abre a la sociedad y le pide que participe activamente en su dirección. Sin duda, un paso fundamental para el impulso del club a nivel social y para el desarrollo del modelo que actualmente conocemos.

Esto llevó a que Pedro Aurtenetxe alcanzara desde su junta directiva la presidencia en el siguiente periodo tras su paso previo como directivo. Su época, si bien fue dorado en cuanto títulos deportivos, destacó sobre todo por la modernización del club (creación de la figura del jefe de prensa, acceso de la mujer al palco de San Mames, profesionalización de la plantilla, llegada de medios técnicos en el ámbito de la fisioterapia y la preparación física, modernización de las instalaciones de San Mames…). Aún así, los líos deportivos entre líderes (Clemente – Sarabia) marcaron una errática y errónea política de fichajes (Baquero, Loren…) que llevó al club a emprender un descenso en los resultados, del que le costó mucho recuperarse. Además, llevó la sede social del club al Palacio de Ibaigane, sin duda otro guiño a la historia que vislumbraba los nuevos tiempos de un presidente muy especial con visión de marketing y de futuro.

Las elecciones a la Junta Directiva del Athletic Club en el año 1990 fueron el preludio de lo que a partir de entonces y hasta ahora iba a ser el show mediático que acompañaría para siempre al resto de los procesos. Así pues, la división de los grandes grupos de comunicación vascos en torno a figuras irreconciliables, se iba a repetir año tras año, elección tras elección, a partir de entonces. Jose Julián Lertxundi ganó contra pronóstico a Jose Maria Arrate tras un pacto in extremis con Jose Antonio Llantada a cambio del regreso de Javier Clemente al banquillo local. Fue la derrota de los grandes medios escritos ante lo que también en adelante iba a ser decisivo a la hora de ganar el sillón de Ibaigane: el inquilino del banquillo. La época de Lertxundi no fue muy prolífica en cuanto a resultados y su éxito más relevante fue la tranquilidad deportiva que se alcanzó con Jupp Heynkens y el surgimiento de la estelar figura de Julen Guerrero. No fue suficiente y los medios de comunicación, que se habían visto derrotados en esta voltereta de última hora, le devolvieron la jugada y a pesar del regreso a Europa, Lertxundi tuvo que dejar el sillón de cuero de la calle Mazarredo.

Jose María Arrate fue el siguiente inquilino y tuvo que combatir con la ley de sociedades anónimas del deporte y con su costumbre de dejar “atado y bien atado” a todos los de su círculo (error que llevó a posteriori al pago de indemnizaciones millonarias a empelados). Fue una época sin duda de estabilidad deportiva, económica y social, marcada por los nuevos contratos televisivos. Estos devolvieron al club la capacidad de “ser martillo” y fue una época prolífica en fichajes, no solo de jugadores o entrenadores, sino también en campos como la medicina (Sabino Padilla). Tuvo que gestionar además la implantación de la sentencia Bosman que fue y es sin duda un hándicap para el impulso deportivo del club. A nivel de gestión, sin embargo, iba a ser, la creación de una marca propia de ropa para el club “la marca Athletic Club” su principal aportación, junto con la gestión del centenario del equipo. Su gestión fue un éxito, no solo a nivel económico, sino también a nivel social, como buen ejemplo, se produjo el triunfo en diversos festivales de su spot televisivo de divulgación (Mark Roberts, rey de los desnudos en los campos de fútbol, aparecía vestido de marca Athletic).

La implementación correspondió, sin embargo, al difunto Javier Uria que también creó la Fundación y renovó a fondo las instalaciones de Lezama, cimentando lo que sería el Athletic Club moderno que hoy conocemos. Sin duda un presidente que volvió a dar un giro en la gestión tan espectacular como el que dio Pedro Aurtenetxe en su día y que una terrible enfermedad le apartó de mayores logros. Además, dio un vuelco al imaginario colectivo en torno al Athletic Club, creando la sección femenina que puso en clave de igualdad a un club, que hasta el homenaje a Manolo Sarabia no había permitido acceder al palco a las mujeres. Desde entonces hasta ahora los demás presidentes han pivotado en torno a su legado. Ugartetxe completó su camino sin pena ni gloria y en víspera de un nuevo proceso electoral tumultuoso.

Fernando Lamikiz fue el siguiente inquilino del ya centenario club. Venía de perder las elecciones con Javier Uria y había conservado su apoyo interno siendo parte de la paz social que reinó durante el periodo anterior. Errores y acierto en lo deportivo (Zubiaurre, Javi Martinez), pero sobre todo fue conocido por su continuo interés en estar en el pil pil de los medios de comunicación. Eso lo quemó pues como decía un filosofo chino, “Un líder es mejor cuando la gente apenas sabe que existe, cuando su trabajo está hecho y su meta cumplida, ellos dirán: Lo hicimos nosotros”. En este caso, cada vez que aparecía en antena subía el pan y finalmente fue un lastre que terminó afectándole en lo personal, siendo de lejos una de las persona con más carisma que ha presidido el Athletic. Le sustituyó Ana Urquijo, Primera presidenta en la historia de la Athletic y una persona a la que siempre se le echará de menos por su humildad, buena gestión y respeto a los valores que emanan de nuestro querido Athletic.

El duelo entre los máximos diarios de difusión escrita de nuestro país, tuvo lugar en las elecciones que Javier García Macua ganó a Juan Carlos Erkoreka. Macua contaba con el favor del grupo Vocento y Erkoreka del grupo noticias y Gara. Macua se decantó para ganar por una política agresiva de fichajes y Erkoreka, a través del asesoramiento de altos empleados de la casa, por hacer retornar a los valores viejos y recientes a puestos de dirección, destacando entre todos ellos, el regreso del hijo prodigo: Julen Guerrero. El fútbol ganó a la imagen y estando los dos candidatos de acuerdo en el inquilino del banquillo, los fichajes pesaron más que el romanticismo pues los tiempos deportivos anteriores no habían sido destacables en la sección masculina. Macua llegó creyendo ser invencible y asumiendo que el control de los empleados de alta dirección de la casa se suponía inherente a la figura del presidente. Se equivocó y a pesar de traer la tranquilidad deportiva y económica a la institución perdió las siguientes elecciones tras prescindir de aquellos que le habían apoyado para llegar allí y a pesar de mantener el apoyo del grupo Vocento.

Dijo Josu Urrutia el día de su retirada “Igual soy yo el que le tendría que hacer un homenaje al Athletic” dando muestras desde el principio de que su implicación no se iba a limitar a desarrollar su papel como jugador. Desde su llegada en 2011 y salvo excepciones muy contadas, la tranquilidad social, deportiva y económica ha sido su autentico sello, volviendo a ser el Athletic, un club al más puro estilo inglés de los años 20, donde tomar una taza de té mientras se observaba el “football” era un placer más dentro de la buena vida. La tranquilidad y el consenso en torno a lo que tiene que ser su filosofía deportiva, ampliada a la inmigración creciente en Euskal Herria, una política económica siempre productiva pero pujante a la hora de renovar a las principales estrellas nacidas en Lezama y sobre todo un consenso social en torno a su figuro y al equipo que le rodea, ha sido la impronta que ha otorgado a su presidencia. Como únicos haberes, le han quedado la profesionalización de la plantilla femenina, la celebración de elecciones sindicales libres entre sus empleados y la gestión de enfrentamientos en las afueras de San Mames en los partidos europeos.

Sin duda la llegada de Josu Urrutia a la entidad y su salida solo puede corresponderse con la de interés, otra vez más comunicativos que deportivos y sobre todo con la pérdida paulatina de confianza que suelen percibir los altos cargos de la entidad que se mueven como peces en el agua en periodo electoral. Independientemente de la decisión de Josu Urrutia, el Athletic si algo necesita es tranquilidad institucional, un equipo de trabajo en Lezama para diez años y entrenadores que duren lo máximo posible al frente del primer equipo masculino y femenino. Decía Teheodore Roosevelt que “El mejor ejecutivo es aquel que tiene el buen sentido de elegir buenos hombres para hacer lo necesario y suficiente autocontrol para no estorbar cuando lo hacen”. Este ha sido sin duda el papel de Josu Urrutia, volcado durante su presidencia en crear equipo a pesar de los intereses fuera y dentro de la casa.

El próximo presidente del Athletic y sus directivos-as, deberán nadar en esos valores y afrontar el reto de la renovación necesaria de la plantilla en los puestos de arriba, la apertura de la Fundación hacia una vinculación más directa con su tierra cercana y sobre todo, la continua exigencia mediática y deportiva que supone competir con los límites de nuestra filosofía. Para ello, cuanto más amplio y diverso sea el consenso mejor y cuanto más localizado el anillo concéntrico que rodea a los socios de la entidad, más fácil será la lucha contra un sistema económico imperante en el fútbol que perjudica los intereses de clubes con modelos con matices tradicionales. El Athletic somos todos y la paz social de los últimos tiempos, no puede verse perjudicada por intereses privados, por deseos no espurios. Gracias al Athletic, podemos seguir soñando, podemos seguir siendo grandes a pesar de ser pequeños. Sigamos así.

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Julio 26 2017

Las llamas cambian de pebetero

El 25 de julio de 1992, quién más, quién menos, contuvo la respiración mientras la flecha que surcaba el cielo en busca de un chorro de gas oculto, dio paso a la llama que inauguraba los XXV juegos olímpicos de la modernidad. También se celebraron, aunque no fueran tan renombrados, los juegos paralímpicos. El fuego de los juegos se ha trasladado al ámbito político y es la ciudadanía quién reclama ahora encender el pebetero de la libertad.


Barcelona, que meses antes había vuelto a ser centro de la polémica por una campaña de la Generalitat en medios británicos que situaba a la villa condal en “Catalunya”-hecho que ya entonces llevó al elenco de medios conservadores del reino de España a encender un pequeño fuego mediático- era la ciudad elegida para los juegos olímpicos. Las crónicas de la época recordaban que Barcelona era sede olímpica gracias al impulso que había otorgado a la candidatura el estado y no al revés. La ciudad mediterránea, firmaba las paces institucionales con la línea monárquica sucesoria que instauró los decretos de nueva planta, con el felipismo aún mayoritario en el cinturón rojo y con el estado en general, a cambio de la renovación de sus infraestructuras y de una proyección internacional que le puso en primera fila a nivel turístico, empresarial y humano.

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Julio 03 2017

El ¿Orgullo? En versión bilbaína

Este último fin de semana se ha celebrado en Madrid, en Chueca, el habitual día del orgullo, pero esta vez como capital mundial a través de la manifestación mundial del orgullo LGTB. Una fiesta planetaria donde se ha reivindicado la diversidad sexual para todas las tendencias en el marco de los derechos humanos.

Esta fiesta de dimensiones anti bíblicas, ha tenido la cualidad inigualable de acoger en su celebración principal a Cristina Cifuentes, representante del PP de Madrid y presidenta de la comunidad, así como a Manuela Carmena alcaldesa de la ciudad de Madrid. Unidas en la diversidad, por primera vez la derecha española se une a la izquierda en la reivindicación LGTB. Eso sí, aún no sabemos si lo hace en clave Sancho Panza para mostrarle el camino correcto al descarriado Quijote o de verdad lo hace por convicción. Quizás y solo quizás, en breve veremos “unos pequeños hilitos” de solidaridad conservadora en un ambiente al que como norma de actuación, no han hecho más que ponerle trabas.

Bilbao también ha tenido su propia manifestación y su desfile marinero como no podría ser de otra manera. En una ciudad con vocación atlántica, ante un colectivo luchador y reivindicativo, que tuvo en los Village peoples a un ilustre guardia marina al que todos seguimos con esmero en verbenas, bailes y grandes despedidas, la respuesta de la ciudadanía ha sido ejemplar.

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Julio 06 2016

La Comisión Europea de la competencia ataca el reparto de la propiedad a través del Athletic Club

Declara ilegal el tratamiento tributario recibido por el club a pesar de su condición de asociación sin ánimo de lucro

Joaquin Almunia y la comisión para defensa de la competencia de la Unión Europea, han dado una nueva vuelta de tuerca a su política de considerar las leyes del mercado por encima de las que emanan de los países miembros de la UE. En su último dictamen, establecen que los clubes de fútbol que mantienen el formato de sociedades deportivas están compitiendo con ciertas ventajas ante aquellos que lo hacen bajo el formato de sociedades Anónimas deportivas.

Según el dictamen, en el estado el impuesto de sociedades es del 30% y los clubes, al no ser sociedades anónimo deportivas lo hicieron en un 25%. En Bizkaia los porcentajes son del 28% y el 21% respectivamente. La DFB ya ha dicho que acatará la sentencia y pasará a recaudar la parte pendiente correspondiente. Por otra parte la misma sentencia archiva el caso impulsado por clubes como el Bayer de Munich, sobre la construcción de San Mamés Barria y las distintas aportaciones que hicieron los miembros de su accionariado, declarándolas de facto legales y además confirmando el canon que paga el club rojiblanco como acorde a las leyes del mercado que rigen en la CAV.

El Athletic contesta, a falta de llegar la resolución definitiva, que en ejerció plenamente sus responsabilidades pecuniarias con la hacienda foral en lo función de lo demandado por esta. Así pues, entiende que mientras no exista nueva reclamación, se halla al corriente de todas las obligaciones tributarias que le corresponden, a la espera eso sí de lo que determine la resolución definitivamente.

Aprovechando la coyuntura, se ha puesto de relieve también, que si finalmente la sentencia se ejecuta, el Athletic terminará pagando más que el resto de clubes del estado, pues el tipo de gravamen que se aplica por sociedades en Bizkaia es actualmente el 28%, mientras que el resto del estado es el 25%.

Un debate fiscal que obvia políticamente el concepto de reparto de la propiedad

El reparto de la propiedad es uno de los debates pendientes entre los miembros de la social democracia europea. El reparto de la riqueza y el hecho constatable de que el capitalismo ha llevado a la sociedad mundial y europea a sus mayores cuotas de desigualdad[1], hace inexcusable el debate sobre porque el poder y la riqueza están concentradas en tan pocas manos.

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Junio 07 2016

¿Poner la pelota de la Gabarra en el Athletic? No al efecto Avestruz de partidos e instituciones

En los últimos días largo y tendido se ha hablado de que el Athletic, ganador de la última liga femenina, entre las celebraciones por el título saque a pasear la Gabarra. Algunas cuestiones, cuando rozan el esperpento, suelen tender a ser pelotas que se pasan unos a otros sin que se de en realidad una respuesta objetiva a esta demanda social. Así pues, antes de dar opinión sobre el tema, creo que es interesante poner sobre las mesas algunas cuestiones.

La Gabarra, como método de celebración de títulos del Athletic, nace en el contexto de una ría industrial volcada a principios de la mal llamada democracia española en torno a la lucha en dos frentes básicos, el obrero y el nacional. En el primero de ellos, sobre volaba ya lo que algunos decían ser una “urgente necesidad de reindustrialización y de reconversión definida en el periodo 1983-1986 como la fase dura”[1] y esa ligazón tanto al espíritu del hierro por un lado, como a la forma de juego del equipo[2]. En lo que se puede definir como espíritu vasco, la filosofía del Athletic Club ya decía y dice lo suficiente. Así pues surge la Gabarra en un espíritu de comunión único donde no existía casi división entre ser del pueblo y ser del Athletic. Se decía además que existía una demanda social y que el espacio natural donde tanta gente podía homenajear a la vez a los campeones era la ría de Bilbao.

En aquel entonces, por supuesto, no había equipo femenino y cabe recordar que se trataba de un club absolutamente tradicional con ciertos componentes machistas. Por poner un ejemplo, el año del homenaje a Manolo Sarabia en San Mames, casi se suspende tal encuentro pues trataron de impedir el paso de su mujer el palco del equipo, lo cual casi lleva al traste esta celebración: En aquel momento también cambió algo dejando entrar por primera vez a mujeres al palco y fue la combinación del cabreo del homenajeado como lo el impulso a la solución institucional del mismo, lo que llevó a encontrar una rápida solución.

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