Ibon Cabo 





Kirola, mundua eta jendea 

Archivo de Agosto 2016

Agosto 05 2016

Los problemas de interacción entre las distintas sensibilidades de la izquierda vasca. Una mirada al ayer para hacer frente a los problemas del hoy.

Corrían los años setenta y distintas fuerzas políticas de izquierda trataban de ocupar un espacio político diferente con una amalgama de cifras que hacía presagiar unos resultados inciertos para unos, los que pudieron presentarse, y para otros, los que tuvieron que posponer su primera participación política en el mal llamado proceso de transición.

El PSE, que clavaba sus raíces en tierra vasca desde la fundación por parte de Facundo Perezagua de la primera agrupación socialista en 1886, pasando por la adopción por parte de Santiago Aznar de la ikurriña (gobierno de Jose Antonio Agirre 1936), que incluía Navarra entre sus territorios, se construía pendiente de ser una fuerza alternativa al PNV pero colaborativa con él en Euskal Herria y de construir en el conjunto del estado, un camino diferente al marcado por la derecha española heredera del régimen anterior.

El Partido Comunista, que en Euskadi tenía un incipiente fuerza en la zona minera y Ezkerraldea, donde a lomos del célebre “no pasaran” de Dolores Ibarruri “la pasionaria”, quería también hacer firme su propósito de construir un estado socialista con una visión muchísimo más centralista (propia de un sistema de resistencia ante una dictadura y no de construcción de un estado plurinacional. Proceso que en los años 90 si emprendió bajo la batuta de Julio Anguita). También Ramón Ormazabal tuvo en la dictadura un papel importante en Gipuzkoa.

Euskadiko Ezkerra se construye siempre bajo la tentación internacionalista de hacer de puente entre el abertzalismo clásico y la izquierda estatal. En ella confluyen formaciones como EMK, EIA y Unión Navarra de izquierdas entre otros. Desde el origen EMK intentó evitar la multiplicación de grupúsculos de izquierda que no pudieran hacer frente a la derecha vasca o estatal. A parte hubo un notable desencuentro entre polimilis y berezis que llevó a una valoración subjetivo diferenciada para ambos de la necesidad de lucha armada en ese mismo frente.

El 24 de octubre de 1977 fue un día especial para todos los sectores que habían formado parte de la creencia de que el abertzalismo debería confluir unido ante el negacionísmo del estado español. Se configura la Mesa de Alsasua a iniciativa de Telesforo Monzón, que había fracasado en Txiberta en su intento de construir un abertzalismo unido, y se configura un primer intento de frente común que llevaría al nacimiento de Herri Batasuna. En aquel primer momento ya EIA, LAIA y ANV fueron acusados de no contar con sus bases y de ser títeres en manos del españolismo por firmar documentos como el compromiso autonómico y demás.

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