Enero 19 2015
Jon Larrea o la victoria que no pudo ser
Llevo varias semanas posponiendo la escritura de estas líneas a la espera de que el Athletic nos brindara una victoria suficientemente potente como para que este artículo tan difícil rebosara optimismo. Parece que la tristeza en la que durante estas semanas nos hemos visto envueltos la familia del Athletic se ha apoderado del primer equipo también y ha sido imposible.
Jon Larrea era un fiel trabajador e hincha del Athletic. La primera vez que coincidí con él en Ibaigane yo trabajaba de becario para Marca Athletic. Teníamos que hacer un informe sobre la comunicación en los medios deportivos para clase y me dio vergüenza subir a preguntar por él. Bajo y me hecho una buena bronca diciendo que no me cortara para nada en preguntar lo que quisiéramos. A partir de ahí, solo pude aprender de una persona que entendia la comunicación como algo humano, lleno de valores y sobre todo muy cercano al espíritu del Athletic. Desde Ibaigane hasta los desayunos del Alkartetxe de Ajuriaguerra Jon fue siempre igual, alguien con quién merecía la pena estar. Incluso cuando el ojo de Gran Hermano me hizo abandonar esa casa fue de los primeros que quiso permanecer en contacto conmigo para seguir debatiendo “otro tipo de cuestiones”.
Era también un firme defensor de la oficialidad de las selecciones vascas. Trabajó siempre que se lo requirieron en este ámbito sin descanso, incluso durante épocas en que físicamente no estaba bien, junto a sus amigos Jabotxa y Beto. Además en los últimos años se involucró totalmente en la red social Gure esku dago, realizando un infatigable trabajo en territorio comanche (Indautxu) sobre este tema. Allí, el día de la cadena fue la penúltima vez que nos vimos, luchando por construir un país con más derechos, combatiendo la indiferencia y reafirmándonos en nuestro pensamiento.
Espero que en los próximos días nuestro Athletic nos deleite con la victoria que Jon se merecía, pues Jon era Athletic de los pies a la cabeza y el homenaje que el club le brindó en San Mames a través del boletín de prensa fue lo mínimo para una persona que dejó una profunda huella en aquellos que le conocimos. Un recuerdo también para Ana, incansable sufridora de fatigas estos últimos años. Agur eta ohore.