Abril 11 2011
La reforma de estatutos del Athletic club: un debate importante para Bizkaia
Hoy se ha celebrado la asamblea extraordinaria del Athletic Club, donde el único tema del día ha sido la reforma estatutaria. Los socios que han intervenido han centrado sus críticas en la falta de compromiso claro con la participación (tema especialmente centrado en la elección de socios/as compromisarios/as que pasaba de elección directa por los socios a sorteo entre los que se propongan serlo), el excesivo sentido presidencialista de las atribuciones que otorgarían los nuevos estatutos a la dirección del club y por supuesto, la falta de definición en cuestiones como la promulgación de referéndums y los atributos que se otorga la junta directiva respecto a la nueva figura del defensor del socio/a.
A todo esto hay que añadir un clima electoral que además de enrarecer el ambiente, lleva a pensar que todas las opciones políticas tienen ya decidida su participación en la contienda. En el Athletic hay plataformas reivindicativas como Athletic Eup, corrientes afines al PNV que no se sienten representadas por la actual junta, corrientes del PNV que si se sienten representadas como la que encabeza Mario Fernández, presidente de la bbk, algunos/as personas ligadas a corrientes del PP y/o socialistas como Antonio Basagoiti y Txema Oleaga y así hasta lograr representar todos los espectros políticos de Bizkaia.
El valor del Athletic como generador de opinión, espacio blanco para los medios de comunicación y sobre todo, un sentimiento que arrastra masas en innumerables situaciones es innegable. Los lunes todos los diarios generalistas dedican tres y cuatro páginas incluidas las imágenes de todos aquellos que acuden al palco, dictamina nuevos proyectos de construcción o llegan a acuerdos de colaboración con clubes convenidos revitalizando la vida municipal de determinados municipios en base a criterios políticos y no deportivos.
Desde la izquierda, siempre han existido numerosas dudas a la hora de destinar dinero público a entidades privadas vía subvenciones o vía construcción de nuevas instalaciones. Por lo menos, las instituciones deberían asegurar el control público de las mismas y la apertura de nuevas instalaciones al ciudadano medio. Para todo ello, Euskal Herria eskerretik debería estar presente, junto con otras fuerzas abertzales para asegurarse de manera fehaciente de que el dinero público no se derrocha en pistas de atletismo para doce, lunch para empresas que ya de por sí obtienen cuantiosas desgravaciones fiscales sin que estas se hayan hecho extensivas al fútbol base o al deporte escolar y sobre todo para asegurar la pluralidad en un organismo en donde estar en la oposición no sirve de nada, solo sirve estar en la junta directiva o pertenecer al equipo gestor para poder optar a construir un Athletic plural y participativo.