Ibon Cabo 

Un debate viejo como la oficialidad de las selecciones vascas, nos trae argumentos nuevos para aquellos que esgrimimos que la oficialidad es una necesidad imperiosa para el desarrollo cultural y nacional de nuestro pueblo.

Resulta que el Valencia club de fútbol, el mismo que permitió jugar a sus futbolistas los amistosos de España en Mexico y Portugal, deniega el permiso pata jugar en vacaciones a Aritz Aduriz con los clásicos argumentos deportivos basados en las lesiones y en el cansancio acumulado. Sin duda argumentos que suelen preocupar a los entrenadores que quieren a toda costa que sus futbolistas se dediquen a ellos en cuerpo y alma (normalmente son los mismos que están en contra de fotografías con niños, actos benéficos, colaboraciones con clubes del entorno…. nada novedoso en este aspecto). Sin embargo, es en esas ocasiones, donde los clubes, representantes del sentir social y cultural de sus lugares de origen (y bañados con subvenciones públicas), ejercen la suficiente presión como para que sus futbolistas acudan a éstas citas. Sin duda, si llega a tener que jugar con la comunidad Valenciana no hubiera habido problemas, al fin y al cano, por mucho que algunos quieran disfrazarlo de deporte, estamos hablando de política.

Para no argumentar algo tan obvio como que si Euskadi fuera oficial, Aduriz no tendría problemas en acudir, simplemente diré, que si el propio Consejo Superior de Deportes (dependiente de Zapatero) y la Real Federación Española de Fútbol (Presidida por Villar  que está a su vez apoyada por la federación vasca de fútbol y por la vizcaína) otorgasen a estos amistosos el rango de oficiales (al menos al mismo nivel que los de la española), Aritz Aduriz podría participar. Por lo tanto cuando en la próxima legislatura los partidos de ámbito estatal requieran del apoyo de los nacionalistas vascos y/o catalanes, que se acuerden de estas cuestiones nacionales antes de las transferencias de competencias (en esto están incluidos TODOS los partidos políticos, incluido el mío).