Ibon Cabo 





Kirola, mundua eta jendea 

Noviembre 24 2015

¿Es la quema de cajeros una estrategia del estado, de los propios bancos, del enanismo mental o del onanismo político?

Extraña mucho que después de tanto tiempo, se den algunos ataque encadenados a determinados intereses, primero fueron públicos (Bizkaibus) y ahora lo son privados (sucursales bancarias). Normalmente se han atribuido estos ataques a brotes eventuales de kale borroka. Sin embargo, es extraño observarlos así, pues solamente una estrategia continuada, avalada por la organización armada y con un objetivo claro, ha sido lo que en el pasado llevó a realizar este tipo de acciones.

Si esto fuera en verdad como algunos medios quieren hacer ver, habriamos podido leer algún comunicado donde se intuyera un cambio de dirección en la estrategia política que se ha desarrollado durante los últimos años. La pregunta pertinente y sobre todo al estar tan cerca de las elecciones es la siguiente, ¿quién gana con estos ataques? ¿Sale beneficiado el PP y Ciudadanos por avalar estos ataques sus tesis? ¿Son las propias entidades financieras quienes reciben un aval público que de ninguna otra manera podrían obtener?

En cualquier caso y como después de todo va a ser muy difícil esclarecer estos hechos, debemos centrarnos más en analizar cuál es el análisis político que se produce tras esta situación. En una situación político social donde los bancos son el objetivo claro de la izquierda europea y donde nadie en nuestra sociedad avala su reciente trabajo, parece claro que estos ataques sino están provocados por ellos mismos son un ejemplo de enanismo mental y político sin límites, pues dan un calor popular inmerecido a quienes son los causantes del desastre para miles de personas en Europa.

Pero claro, siempre nos quedará una hipótesis. Una en la que algunos que no obtienen réditos políticos por sus frases, pretenden obtenerlos mediante el heroísmo mal entendido en los albores de una campaña política decisiva. Mediante la representación en Madrid se puede y se debe sin duda luchar por el cambio político en el estado español. Necesariamente este cambio debe acarrear el reagrupamiento de los presos políticos vascos y la búsqueda dialogada de la resolución del conflicto a través del derecho a decidir. Sin embargo, cuando uno no quiere ver más allá y busca rédito propio, puede tener la tendencia a caer en el onanismo político y pensar que solamente sus tesis son las adecuadas para precisamente obtener esta necesaria resolución. A mi juicio, este peligro lo llevan en la sangre quienes tienen una mayor tendencia a la masturbación, que aquellos que buscan en la diversidad, en la observación y el acuerdo con el prójimo su modus viventis en el trabajo político.

Necesitamos sumar desde la diversidad sin tratar de asustar a quienes les cuesta fiarse de la cercana realidad histórica que hemos vivido. Resiganarse es morir, pero constituirse en minoría para siempre es una forma de resignación. Solo desde la mayoría social se puede acceder al cambio que es le fín mismo de la lucha de clases. Eso sí, sin dejarnos llevar por el clientelismo político y mediático español que no busca más que centrar el debate fuera de la necesaria resolución del conflicto político.

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